Nos adentramos en el objetivo del autor de la fotografía y nos presentamos en un año cercano al de 1930, esto es como un viaje en el tiempo, estático, pero vemos el pasado, es lo mágico e interesante de la fotografía. A mí lo que más me llama la atención es a la abuela, a la madre y la nieta caminando juntas con esos pequeños parasoles que no eran muy habituales, al menos en imágenes de aquella época que he visto y son bastantes apenas se pueden ver. Casi con toda seguridad que han venido bajando la calle Embajadores ¿a dónde se dirigirían? cualquiera sabe, pero la abuela lleva una bolsa ¿irían a comprar algo o ya lo habían hecho y van para casa? Aquí estaba el antiguo portillo de Embajadores cuando Madrid estaba cercado, lo estuvo hasta el año 1868, a partir de ese año ya se pudo entrar libremente al casco antiguo. A la izquierda se ve una columna y un poco de la verja donde estuvo el Casino de la Reina, luego la Facultad de Veterinaria y después el Instituto de Bachillerato Cervantes, así que esto me suena bastante, por la acera que han bajado estas tres personas yo estuve bajando también durante dos años.
A la derecha bajo la sombra se ve a un grupo de niñas de la misma edad, una de ellas tiene un balón en la mano, es probable que estén organizando hacer ejercicios con el balón, porque en 1930 no creo que se pusieran a jugar al fútbol :) parece que van todas con el mismo uniforme como si fueran a la misma clase. En la acera contraria se ve una cigarrera vendiendo con una mesa de madera desplegable. A mitad de calle en la otra acera se ve un automóvil, en aquellos años pocos circulaban aún por Madrid, había sitio donde aparcar. En la columna de la esquina de la Tabacalera pone un aviso parece que prohibiendo fijar carteles y parece que era un día de verano porque la abuela se está protegiendo bien del sol.

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